martes, 2 de septiembre de 2008

Así actúan los cobardes

Los expertos aseguran que la economía venezolana está muy mal. La escasez de productos básicos no puede ocultarse y la tensión sobre la moneda nueva es tal que ya ha perdido 15%. La balanza de pagos es negativa. El Banco Central de Venezuela está técnicamente quebrado… y paremos de contar. Se cree que el año venidero, la crisis será semejante a la de 1989.
Sin embargo, Chávez no inaugura un gobierno, como sí Pérez entonces, ni el barril se encuentra por debajo de los 10 dólares. Al contrario, Chávez lleva dos períodos de los anteriores y el barril supera con creces lo presupuestado por el gobierno. La gente ha de preguntarse pues, ¿qué pasó? La razón es muy simple, Chávez arruinó al país.
Él lo sabe. Está al tanto de las medidas impopulares que deberá adoptar en enero próximo, con o sin gobernadores compinches. O acepta adoptar un paquete – al estilo Miguelito Rodríguez – o enfrenta el estallido del colapso de la economía. Vaya paradoja.
Nadie ignora la falta de coraje del comandante, que en dos oportunidades, que sepamos, se ha acobardado. Por eso, respondiendo a su talante poco corajudo, creo que prefiere ser víctima de un golpe de Estado que decirle al país que la nación está en bancarrota a pesar de que el precio del barril se ha mantenido exorbitantemente caro.
¿Cómo le explica al país que las arcas están exhaustas? Si nos han dicho que todo está boyante. ¿Cómo le pide (más) sacrificios al pueblo si ha regalado lo que no es suyo? Tiene miedo, desde luego, a ese monstruo enfurecido, una vez que se corra el velo. Prefiere por ello, que otro asuma esa responsabilidad mientras él espera quieto detrás de las talanqueras, a ver si él sale y se lleva los laureles ajenos.
Chávez no es valiente. Como el empleado mediocre que esconde el error y corre la arruga a ver si “algo” le salva el pellejo, prefiere perder el poder “por ahora” que enfrentar la ira del pueblo. Así actúan los cobardes.

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