lunes, 23 de julio de 2012

La navaja de Ocala


    Se ha sabido de un sinfín de encuestas estos últimos días. Muchas de ellas dan a Chávez como ganador por márgenes de tal magnitud, que en sana lógica le sería imposible a Capriles salvar la brecha. Y no pocas de esas mismas firmas encuestadoras ya han errado ampliamente sus predicciones en el pasado, incluyendo a Datanalisis y a su principal vocero, Luis Vicente León. Uno, ciudadano de a pie, ve este carnaval de encuestas y, en el caso de quienes aspiramos a un cambio, temblamos, presa del pánico, porque estas encuestas parecen indicar que el caudillo obtendrá su tercer mandato. Pero si hacemos un alto y análizamos con un mínimo de razonabilidad y lógica, sin apasionamientos ni pánicos, estudiando los hechos con la objetividad del científico, comprenderíamos que la cotidianidad no se corresponde con esas encuestas. Y no me refiero tan sólo a la asistencia masiva a las marchas y concentraciones del candidato Henrique Capriles, que son plausibles, sino - más destacado e importante - a la ruina nacional y el innegable descontento popular, manifestado en las muchas protestas por incontables problemas irresolutos.
     La base cuantitativa de la oposición
     Empecemos todo este análisis con una encuesta del IVAD del año 2006, según la cual el país parecía divido entonces en dos enormes toletes sin medias tintas: un 49% a favor de Chávez y un 51% a favor de la oposición. Y algo más importante, el estudio apuntaba sobre una tendencia a que la brecha a favor de la oposición creciese aún más, al parecer irreversiblemente. Han transcurrido 6 años desde entonces y pese al triunfo de Chávez en las elecciones de ese año, hoy por hoy, vistos los resultados de las elecciones del 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010, así como los procesos internos del PSUV y las primarias abiertas celebradas por la MUD, mal puede hablarse de márgenes tan significativos que muestren una tendencia irreversibles en uno u otro sentido. Hablar en este momento del triunfo de algún candidato, sobre todo del candidato Chávez, es cuando menos un burdo lance electorero para cazar bobos.
     Pensemos, de todos modos, que Hinterlaces, Dantanalisis o IVAD, así como otras encuestadoras que han estado voceando cifras, no han errado sus metodologías de estudio y que, en efecto, hipotéticamente esos números expresan la realidad electoral. Entonces, desde un punto de vista objetivo, que no busque acariciar apetencias, cabe preguntarse qué causa la disconformidad entre esas encuestas y la realidad que a diario se ve en las calles. Nos preguntamos pues ¿por qué se abre tanto la brecha - alrededor de 25% - después de una tendencia claramente definida a lo largo de los últimos 5 años, como lo señaló IVAD, sumada a una hostilidad cotidiana que demuestra, si no un profundo descontento, al menos sí un claro hartazgo?
     Hagamos algunos ejercicios a ver si algunos factores no considerados hayan podido influir en la apertura de esa brecha aparentemente insalvable.    
     Las misiones  
     Comencemos pues, por la punta de lanza del gobierno de Chávez: las misiones. Sobre éstas hay que decir, la gente las percibe como positivas, aunque económicamente no sean viables. Y por ello, en el curso de los últimos años han sido una de las claves para los triunfos de Chávez (además de su innegable carisma). Éste ha dicho, por su parte, que de ganar la oposición, las misiones desaparecerían. No obstante, a pesar de un discurso que en otras oportunidades hubiese calado, hoy por hoy, 60% de las personas cree que de ganar Capriles, las misiones continuarían. Sólo un 30% cree que no, porcentaje éste que coincide cabalmente con el del llamado chavismo duro. Difícilmente puede creerse entonces que las misiones sean un factor determinante en este momento para abrir la brecha de ese modo, aún tomando en cuenta las de Amor Mayor Venezuela y Gran Misión Vivienda Venezuela.
     No podemos obviar, además, que actualmente se incumplen los pagos de muchas de las misiones, por lo que se explica en cambio, que, de acuerdo a PROVEA, en lo que va de año se hayan presentado 124 protestas producto del incumplimiento de las misiones.
     Las misiones, que fueron sin lugar a dudas una de las puntas de lanza de la oferta gubernamental estos últimos años, no explican pues, la apertura de una brecha de tal magnitud. Sobre todo porque, como se dijo, son muchas las que actualmente se incumplen y no hay temor a que un nuevo gobierno las elimine.
     Circular dinero e importar
     Podría creerse que, tal como hizo en el 2004 para no perder el referendo revocatorio, el gobierno liberaría dinero a manos rotas para que le llegara a la gente, aún la que no es abiertamente chavista. Y que se endeudaría todavía más para importar esos bienes de consumo prioritarios, que escasean en los anaqueles y que la gente reclama. Sin embargo, la verdad - muy lamentable para los venezolanos - es que el gobierno carece de recursos para pagar sus compromisos y ya ha endeudado al país como ningún gobierno lo haya hecho en el pasado. La deuda venezolana asciende a US$ 180 mil millones y no tiene medios para afrontarla. Esto impide que pueda recurrir a créditos adicionales que ayuden a paliar la escasez causada por sus políticas restrictivas del mercado, con lo cual se explica que el año pasado se hayan registrado 5.700 protestas por carencias y fallas de todo tipo, y en lo que va de éste se hayan producido otras 2.500, llegando a 5 en un solo día. A menos de tres meses para las elecciones, los anaqueles siguen vacíos, la inflación crece y para colmo de males, la enorme corrupción de funcionarios ha retenido miles de millones de dólares para importaciones, por lo que los proveedores en el extranjero han suspendido sus envíos desde hace algún tiempo. Esto explica la última resolución cambiaria del gobierno, que contraviniendo la propia Ley de Ilícitos Cambiarios, permite la apertura de cuentas en el extranjero desde Venezuela, pero lejos está de justificar la apertura de una brecha de tal magnitud.
     Entonces, la supuesta bonanza ficticia tampoco explica los márgenes de diferencia que enseñan las encuestas, porque no la hay y por el contrario, se agudiza el empobrecimiento general de la calidad de vida. 
     La enfermedad del caudillo y el factor lástima
     El único elemento verdaderamente novedoso en el actual escenario electoral sería la enfermedad  - el cáncer que padece el presidente -, que pudo generarle cierta empatía hacia algunos sectores que se habían apartado del proceso por variadas razones, en su mayoría atinentes al descontento por la gestión de gobierno. Más aún cuando, a mediados del año pasado, anunciara que estaba libre de células malignas y que estaba curado. Mucha gente le creyó. Sin embargo, la recurrencia del tumor original en menos de un año, confesada por él mismo, pudo ser - y fue - advertida entre los simpatizantes del presidente como una señal de debilidad y de que, en ese estado, no debería ser reelecto para un tercer mandato. De hecho, hoy por hoy podría ser visto como un enfermo terminal por muchas de esas personas que hasta recién creían que estaba curado. Algo así como el caso del cuento de “Pedro y el lobo”. Creo que, por ello, en una de sus alocuciones más recientes, el propio candidato Chávez dijo encontrarse totalmente libre de la enfermedad (aunque nadie se le puede tener por curado de ningún cáncer hasta pasados 5 años sin que ocurran recurrencias). Puede colegirse entonces que el factor lástima o solidaridad hacia el enfermo ya no es ayuda y por ende, tampoco explicaría la brecha. Al contrario, se percibe como un factor negativo para su campaña. No dudo que sea ésa también la razón para que, distinto de otras épocas cuando él imponía la agenda de todo el mundo, Chávez deba ajustarse a la agenda impuesta por Capriles, recorriendo el país a costa de su salud, y que por lo mismo, muestre un denodado afán por parecer sano.
     La enfermedad y lo que algunos han llamado la “misión lástima” no parecen explicar esa brecha.
     El factor mágico-religioso
     Nadie duda del vínculo afectivo de la gente con el caudillo. Si no existiera no habría permanecido 14 años al frente del poder ni le habrían perdonado tantas violaciones a las formas democráticas. Y puede existir ese vínculo, que de hecho existe y es la razón por la que aún posea una simpatía popular importante, pero no se explicaría como origen de una diferencia de 25%, a la vista de las derrotas pasadas. Algunas vitales para su proyecto, como la pérdida del referendo constitucional del 2 de diciembre de 2007.
     Podría creerse que aunado a la enfermedad, se pretende mostrar a un portento invencible, que jamás ha perdido una contienda electoral. Y puede incluso que algunas personas así lo crean. Sin embargo, ya lo hemos dicho. En otras elecciones, como las de gobernadores del año 2008 y las parlamentarias del 2010, la oposición unida obtuvo la mayoría de los votos absolutos, lo que desmonta de hecho esa invulnerabilidad. Otra cosa es que, en estados pequeños demográficamente (que son más) haya ganado Chávez o que por un reacomodo de circuitos electorales, justamente por el conocimiento de esa mayoría opositora, menos votos le hayan concedido más curules. Pero en términos absolutos, que es la forma como se plantea la elección presidencial, la oposición ha aventajado a Chávez en las últimas dos elecciones.
     Entonces, ¿qué pasa?
     Cabe preguntarse entonces cómo se explica una brecha de 25%. ¿Cómo ha perdido la oposición tanto terreno en tan corto tiempo? Sobre todo porque, de acuerdo a encuestas, el voto opositor ha crecido hasta 24% en la provincia profunda y en los sectores menos poblados de las áreas urbanas, donde se concentraba parte importante del voto chavista, y de acuerdo a las últimas elecciones, en términos de votos absolutos, la oposición es mayoría. ¿Por qué decae ahora? ¿Por qué las encuestas reflejan esos números? Aún más, si se comparan el millón de votos de las primarias del PSUV y los 3 millones de votos de las primarias de la MUD, no hay más qué decir. La relación es de dos a uno (60%), que bien podría no ser el caso de las elecciones del 7 de octubre próximo, pero igualmente hacen poco creíble una brecha de 25 puntos en tan poco tiempo.
     Si se advierte pues, el comportamiento electoral de las últimas elecciones (2007, 2008, 2009 y 2010), se aprecia un comportamiento errático del voto chavista con una clara tendencia al decaimiento por desgaste (como lo auguró IVAD en el 2006) y una continua línea de crecimiento de la oposición, reflejada en una mayoría en términos de votos absolutos en las regionales del 2008 y las parlamentarias del 2010.
     Cabe destacar asimismo que en las primarias del PSUV, como ya se dijo, votaron alrededor del millón de militantes según sus propias cifras, mientras que, contra todos los pronósticos de las encuestas y de los analistas políticos, en las abiertas para elegir al candidato de la MUD, votaron 3 millones de personas. Y puede recordarse que el propio Jesse Chacón dijo que en el caso de que la oposición sacase 2 millones de votos en las primarias, tendría chance cierto de ganar las presidenciales... aunque según él no llegarían a 500 mil. Ya sabemos el resultado.  
     No somos únicos
     Muchos creen a pie juntillas que un sinfín de hechos particulares va a propiciar una conducta ajena a la que en estas mismas condiciones, han mostrado otras naciones. Sin embargo, no somos únicos. Somos realmente semejantes a otras sociedades que se han visto regidas por gobiernos tan ineficientes como éste. Y cualquier electorado que se vea en el estado de deterioro en el que se encuentra Venezuela, no votaría por el causante de esa ruina. Por eso, no sólo ha crecido la oposición en términos absolutos, sino que Chávez ha venido reconociendo algunas fallas y culpando de ellas a otros miembros de su gobierno, desde luego para eximir su responsabilidad. Claro, él lo debe saber, después de 13 años gobernando, difícilmente puede hacernos creer que la culpa sea de los gobiernos de la era democrática.
     La navaja de Ocala
     Entonces, ¿qué está ocurriendo? ¿Por qué las encuestas anuncian brechas tan significativas? Y recuerdo yo, pues, un principio científico conocido como la Navaja de Ocala, que da por cierta la explicación más simple.
     No es un capricho o una excusa de perdedor afirmar que las encuestas yerran en sus números. No hay una explicación más simple que justifique la discrepancia entre la realidad cotidiana - desde la insatisfacción por un gobierno ineficiente y corrupto hasta los resultados obtenidos por la oposición en pasados procesos electorales - y esas cifras, al parecer extravagantes. Y puede decirse, no sería ésta la primera vez que yerran sus pronósticos, incluyendo a la muy respetada Datanalisis y su principal vocero, que en un artículo suyo del día domingo 22 de julio hiciese unas reflexiones a mi juicio bastante malcriadas. Parece válido por ello decir que en este caso se aplica la Navaja de Ocala...
     Conclusión
     La verdad parece ser esa tímida voz que desde algunas encuestadoras han surgido, ambos candidatos están igualados y existe una clara tendencia a que el candidato opositor se le adelante en la intención de voto al candidato oficial. Y eso no sólo explica la realidad expuesta en estas ideas, sino que de paso, explica igualmente el talante agresivo y errático de la campaña del candidato Chávez, así como las respuestas de calle a la ineficiencia del gobierno, que van desde las protestas hasta el apoyo masivo a los mítines y concentraciones de Capriles. 
     La única razón para entender esas brechas - y aún más el afán del gobierno por publicitarlas - es que 1) las cifras no son ciertas, sea por la razón que sea, y 2) el gobierno huye hacia adelante con el posible propósito de intentar una jugada abiertamente opuesta a la intención popular expresada en las urnas. 
     Al menos, así lo veo yo. 

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado

miércoles, 18 de julio de 2012

Una fiesta hecha tragedia


Una campaña electoral debe ser una fiesta. Un evento jubiloso que celebra más que la elección de un candidato para un cargo determinado, la democracia en sí misma y desde luego, la alternabilidad que éste supone. Y es precisamente por esta alternancia que las elecciones son un festín democrático. Sin embargo, a veces las apetencias de poder de una persona o un sector empañan esa festividad. Tristemente, ése es el caso que hoy aqueja a Venezuela.
Hagamos de lado no obstante, todas las argucias y trapisondas tendentes a adueñarse del poder y lograr un triunfo sucio en unas elecciones amañadas. Centrémonos en la razón que motiva una conducta deleznable como ésa. Y no es otra que la sustitución ilegítima de un modelo por otro. Desenmarañemos esto:
  1. La sustitución de un modelo por otro: No puede haber dudas de las intenciones que este gobierno – o por lo menos, el caudillo-presidente – de imponer a juro y por las malas un modelo socialista. Y no se trata de un socialismo democrático (socialdemocracia y democracia cristiana) como el que en efecto existe en algunas naciones europeas (alternando el poder con gobiernos afectos a formas más capitalistas). Se trata del comunismo obsoleto que imperaba en la URSS y que aún sobrevive en Cuba y Corea del Norte, porque China y Vietnam han adoptado un modelo horrendo: el capitalismo de Estado. No nos engañemos, este gobierno busca perpetuarse en el poder porque sólo así puede asegurarse la transición de un modelo democrático a otro comunista.
  2. La ilegitimidad de esa sustitución: La Constitución vigente no permite esa transición. Y no la permite porque no es el gobierno de turno quien determina qué es democrático y que no. Hay suficiente doctrina local e internacional para definir la democracia. Por ello, cuando la Constitución establece que Venezuela es un Estado democrático reconoce sujetarse a los conceptos aceptados por los organismos internacionales (OEA y ONU, por ejemplo) y por la doctrina que sobre el particular existe. No puede pues el gobierno alegar que el pueblo votó por Chávez y que por lo tanto, su proyecto está por encima de la Constitución. Y además, no puede siquiera sancionar las leyes de contenido socialista porque en primer lugar, son contrarias a los principios constitucionales y por ello, nulas de nulidad absoluta (se les debe reputar como no escritas y sin posibilidad de crear ningún efecto jurídico). En segundo lugar, porque consultado el pueblo sobre ese asunto en particular, se expresó claramente y lo rechazó. La transición del modelo democrático a uno socialista constituye de hecho un golpe de Estado contra la institucionalidad y por lo tanto, sancionable de conformidad con la ley.
El venidero 7 de octubre debemos elegir al presidente para el período 2013-2019. Sólo te digo, no está en juego si gana uno u otro candidato, sino la democracia venezolana. Dile esto a los indecisos e incluso, a los que por alguna razón creen en las promesas falsas de un gobierno que no pretende gobernar, pretende imponer una revolución comunista.

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado 

jueves, 12 de julio de 2012

La agenda oculta del Foro de San Pablo


    En 1990, el Partido de los Trabajadores, liderado entonces por Lula Da Silva, fundó una organización con el único propósito de recoger los escombros del socialismo, cuyo desplome ya lucía evidente después de la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana (1989). Desde su creación ha sido su norte el desmonte del modelo liberal burgués y la imposición del fallido socialismo. Su más ferviente ideólogo ha sido el germano-mexicano Heinz Dieterich, que recogiendo las ideas de Alexander  Buzgalín sobre el socialismo del siglo XXI, las hizo suyas.
    En la década de los ’90, América Latina comenzaba a conformarse como una zona realmente democrática. Las dictaduras del cono sur estaban cayendo, unas por golpes de Estado, otras por el esfuerzo de la disidencia democrática. Sin embargo, las dictaduras y los gobiernos populistas legaron profundas y severas crisis económicas que atacaron los líderes latinoamericanos emergentes con medidas fondomonetaristas, que sin duda resultaron amargas y en gran medida, contraproducentes. Hoy por hoy, no son pocos los gobiernos de la región presididos por partidos que integran el Foro de San Pablo (algunos como invitados, como lo son el MAS boliviano y el PSUV venezolano). Esta presencia de la izquierda más radical se debe precisamente a la torpeza en la aplicación de las medidas correctivas necesarias durante la década de los ’90.
    No se puede hablar del Foro de San Pablo sin mencionar el socialismo del siglo XXI, que no es distinto del socialismo clásico que existió en la desaparecida URSS y que aún existe – precariamente – en Cuba y Corea del Norte. Cualquier comparación de esta izquierda radical y obtusa con las corrientes socialdemócratas o socialcristianas resulta una idiotez que ni siquiera merece discutirse. El Foro de San Pablo busca pues, reconstruir un bloque socialista-comunista[1] en esta parte del continente.
    La presencia de líderes amigos del Foro de San Pablo, como Chávez y Rousseff, ayudaría enormemente a la consolidación del comunismo en la región. Por ello, las inaceptables demostraciones de apoyo al candidato Chávez durante la clausura de la última reunión del Foro en Caracas[2]. Por eso, planteo como una hipótesis, la agenda oculta que podría estar planeando el Foro de San Pablo para adueñarse del poder en esta parte del hemisferio occidental y construir Estados socialistas[3] a lo largo y ancho de esa vasta región al sur del río Grande.
   Chávez ha hecho importantes alianzas con líderes y gobiernos en verdad comprometidos con el Foro de San Pablo y no dudo que partícipes de esa agenda oculta para imponer un modelo socialista-comunista. Son ellos pues, los felones que pretenden hacer uso de las reglas democráticas para secuestrar las instituciones y a espaldas de estos pueblos, imponer un modelo que no dudo, rechazan las grandes mayorías latinoamericanas, que desde mucho tiempo han perseguido el sueño de ser regidos por gobiernos democráticos. Esto nos conduce entonces al tema electoral, porque el 7 de octubre de 2012 arriesgan un aliado muy rico y manirroto.
    Los cambios de actitud del presidente Lugo después de su destitución por el soberano parlamento paraguayo demuestran a mi juicio una ingerencia indebida no de Chávez o Rousseff, sino del Foro de San Pablo, que intenta mantener a sus aliados en el poder. Algo parecido puede ocurrir con el candidato recientemente derrotado en las pasadas elecciones mexicanas, Andrés Manuel López Obrador, que se resiste a reconocer el triunfo de Enrique Peña Nieto (PRI), considerados fichas de la izquierda forosaupaulista.
    La derrota de Chávez puede resultar muy lesiva a los intereses del Foro de San Pablo, por cuanto no sólo perderían a un aliado, sino a la chequera petrolera venezolana, que bien ha servido para mantener al decadente gobierno cubano, al empobrecido gobierno del MAS boliviano o incluso, al gobierno del partido justicialista argentino, presidido por la abogada Cristina Kirchner (que no forma parte del Foro de San Pablo). El movimiento neo-comunista continental perdería una importante fuente de financiación de perder el candidato Chávez. Y es muy probable que sin el apoyo económico venezolano, los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Bolivia se derrumben o bien en unas elecciones o bien en un proceso de transición como el que probablemente seguirá en Cuba de salir derrotado Chávez el próximo 7 de octubre de 2012.
    El Foro de San Pablo se juega el futuro en las elecciones del 7 de octubre de 2012. Sobre todo porque Brasil cuenta con instituciones más robustas que ciertamente impiden a la presidenta Rousseff hacer lo que le venga en ganas. Por ello, empezando por la presidente Rousseff hasta Raúl Castro, tienen particular interés en el triunfo de Chávez. Tanto la viabilidad del planteamiento neo-comunista como el gobierno de Castro en Cuba sufrirían reveces importantes. En especial porque luego de la caída de la URSS, estas maniobras de la izquierda radical parecen más los estertores de un modelo agónico al que una camarilla de tozudos no deja morir en paz.-

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado
Caracas, 11 de julio de 2012   


[1] El modelo comunista tradicional tiene dos vertientes claramente identificables. Por un lado, el socialismo, que constituye la vertiente económica y supone la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. Por otro, el comunismo, que se erige como la expresión política del modelo, sustituyendo las municipalidades por las comunas (de hecho, el término ruso “soviet” significa comuna).
[2] Imagino las protestas airadas de los forosaupaulistas si a Henrique Capriles Radonsky le da ese espaldarazo la Internacional Socialista (que no reúne a partidos como el PSUV, sino a partidos inscritos en la socialdemocracia como AD y UNT).
[3] Un gobierno y un Estado socialista no son lo mismo. Mientras aquél es democrático y se rige por las reglas y principios liberales, éste otro no lo es y se erige como una forma autocrática y totalitaria que secuestra la individualidad de las personas.

miércoles, 4 de julio de 2012

A por el botín


Sólo especulo, desde luego. En esos círculos, ni conozco gente ni quiero conocerla. Sin embargo, ahora que se reúne el Foro de San Pablo en Caracas, para apoyar, al parecer entre otras cosas, la candidatura del teniente coronel Chávez, se me ocurre que, vistos los acontecimientos que han venido sucediendo, mejor apurar la marcha, dirán ellos, los militantes de ese foro, que no dudo la meta sea cimentar en Sur América un nuevo bastión del comunismo de siempre, disfrazado de esa mamarrachada que mientan socialismo del siglo XXI. Sobre todo ahora que el régimen Castro-comunista  parece asfixiarse por su incapacidad para atender los problemas de los cubanos y por ello, urge imperiosamente del apoyo de otras naciones “hermanas”.
Alexander Buzgalin acuño el tema de Socialismo del Siglo XXI en 1996, luego de la caída de la URSS. El germano-mexicano Heinz Dieterich lo hizo suyo. Y también lo tomó como propio el Foro de San Pablo, que agrupa bajo un mismo toldo a Fidel Castro y toda la camarilla de neo-comunistas (que son los mismos comunistas de siempre y uno que otro coleado en el convite, porque creen en esa pavada o porque persiguen otros fines non-sanctus). Me temo que los integrantes del Foro de San Pablo, todos militantes de las variadas fuerzas guerrilleras y partidos de la ultraizquierda que operaron en la región en gran medida amparados  por el gobierno cubano, preparan el zarpazo, para instaurar gobiernos “amigos” en la región suramericana. El desmantelamiento de los gobiernos de corte marxista después de la caída de la URSS y fin de la guerra fría ha definido un innegable triunfo del liberalismo democrático que estos dinosaurios no toleran. Y por ello, afanan tanto por justificar lo injustificable. Fukuyama ya lo dijo, el liberalismo ya había ganado cuando Marx y Engels presentaron su propuesta.
Volviendo al convite de los amigotes del Foro de San Pablo reunido en Caracas, cito un tweet reciente de la periodista Patricia Janiot: Los gobiernos de izquierda (y aclaro yo, de esa izquierda retrógrada) cantan fraude si pierden las elecciones, una vez que ganan, tratan por todos los medios de evitarlas y si ganan, entonces sí es democrático. Y tiene razón la destacadísima periodista colombiana y “anchor” de CNN, los izquierdistas como Lula Da Silva y Dilma Rousef, Daniel Ortega, Rafael Correa, Hugo Chávez, Evo Morales y, desde luego, los hermanos Castro no son verdaderos demócratas y usan las reglas democráticas con el único propósito de apropiarse del poder político para imponer a juro y aún por las malas el modelo comunista. Y no puedo fiarme yo de quienes intentaron asaltar el poder por las armas.
Esto me obliga a considerar la eventual respuesta del Foro de San Pablo si Hugo Chávez – y el chavismo - llegara a perder Venezuela para sus fines (cosa que parece muy probable). Hoy por hoy, vemos como Fernando Lugo se retracta de sus propias palabras y ahora sí exige sanciones contra Paraguay, López Obrador clama airadamente por un recuento total de los votos en México, la mujer de Manuel Zelaya se postula para candidata presidencial en Honduras... Me dirán paranoico pero no creo que se sumen tantas coincidencias a la vez. Como no me trago, tampoco, el talante democrático de líderes que se valen de argucias pseudo-legales para lograr cometidos que en nada tienen que ver con la voluntad popular.
Puede que esté equivocado, pero imagino que el Foro de San Pablo intenta adueñarse de esta parte del hemisferio, sin tapujos, sin remilgos, para instaurar una plataforma comunista desde la cual vender la falsa idea de que sí es posible la utopía, aprovechando que economías industrializadas como la brasilera y la argentina están ahora bajo la dominación de peones suyos; y que otro peón del Foro, Hugo Chávez, regala dinero y petróleo a manos rotas. No nos caigamos a cuento, a pesar de la innegable inviabilidad de sus postulados, cuenta el grupo con fichas a lo largo y ancho del vasto territorio al sur del Río Grande.  

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado

martes, 3 de julio de 2012

No entendieron a Montesquieu


  La mayoría de los líderes que por ahora gobiernan los países suramericanos son fascistas, aunque acusen a sus opositores de serlo y se espanten con una afirmación como ésta. Chávez y sus conmilitones regionales actúan como lo hicieran en su momento y en sus naciones, Adolfo Hitler y Benito Mussolini. Probablemente se sentirían ofendidos de leer estas palabras mías, sintiéndose ellos portavoces de una izquierda renovada. Pero su conducta no sólo no se corresponde con los principios democráticos, sino que además los insultan.
     La última década ha resultado nefasta para la democracia en América Latina y sobre todo para la suramericana. Los presidentes de la región se han valido de artilugios legales, en su mayoría de escaso bagaje jurídico, para modificar el status quo, aceptado pacíficamente por el pueblo. Desde la más corriente y, a mi juicio, carente de ética política, como ésa de reformar las leyes para hacerse reelegir una y mil veces hasta la actitud malcriada frente a las decisiones de los congresos (igualmente electos por el pueblo), que de acuerdo a la propuesta de Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu, sirve de contrapeso ante los abusos del ejecutivo.
     No son verdaderos demócratas. Y salvo por una tolerancia deficiente hacia los grupos opositores, poco difieren de los gorilas que en su oportunidad impusieron sus botas. Critican al general Pinochet vehementemente (y no digo que sin razón), pero expían todo pecado perpetrado por los hermanos Castro. Si fueran genuinos demócratas, fustigarían por igual a uno y otro, porque la salsa que es buena para el pavo, también lo es para la pava.
     La penetración del neo-castro-comunismo en Suramérica no es una ficción. Hugo Chávez ha sido el peón de Fidel Castro (y del reducto de la izquierda que Petkoff llama borbónica, reunida en el Foro de San Pablo) para infiltrar los gobiernos de los países más débiles. La chequera venezolana ha comprado más que consciencias. ¡Ha comprado votos en la OEA con un propósito ajeno a los genuinos intereses y deseos de los pueblos suramericanos! Y puede que ese resentimiento arraigado a lo largo y ancho de las tierras al sur del Río Grande haya ayudado a que la compra fuera más fácil. Mucho más fácil. Hoy por hoy, vistas las actitudes de los mandatarios suramericanos, podría decirse que la democracia en el subcontinente está amenazada. Y si se hablaba ayer de dictaduras tuteladas por el Departamento de Estado, ahora puede hablarse de otras dirigidas desde los cuerpos de seguridad del Estado cubanos. Insisto, la salsa buena para el pavo, lo es también para la pava.
     Y no se trata, sin embargo, de gobiernos de izquierda o de derecha, distinción ésta que a la luz de la contemporaneidad resulta anacrónica. Se trata de diferenciar líderes con genuina vocación democrática y los que disfrazados de demócratas asaltan el poder con fines inconfesables. Tampoco se trata de Chávez o de Uribe (si queremos ver las dos caras de la misma moneda). Se trata de hombres y mujeres que realmente comulguen con los valores democráticos y que no busquen a mitad de camino cambiar las reglas para su propio beneficio, porque aún si tal cosa fuese legal, no es democrático y lo peor, insulta la ética y el decoro político.
     La democracia trasciende los discursos y las concentraciones de masas que tanto agradan a estos líderes fascistas. Incluso va más allá de los votos sobre los cuales pivota. La democracia se construye sobre un cuerpo de principios y valores que inspiran las normas que la definen. No es la democracia lo que algún patán ignorante desee decir que es, sino lo que verdaderamente es. El fascismo, en cambio, se fundamenta en las masas reunidas en una plaza, ejerciendo el papel de pueblo en ese tinglado, decidiendo tumultuariamente la mejor manera de esclavizarse al caudillo.

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado