miércoles, 16 de junio de 2010

Democracia a la medida

Chávez dice que no hay país más democrático que éste. Como ejemplo de ello expone que de él dicen infinidad de cosas a diario, pero ignora el comandante que esas críticas ofensivas vienen con el cargo. Chávez de hecho, no comprende la democracia. Cree él que basta tener una mayoría – en su caso, relativa – para que le tilden de democrático, y que la separación de poderes en Venezuela no deja de ser mera palabrería insulsa en boca de los voceros gubernamentales.


Chávez no puede ser democrático porque él es socialista y el socialismo, párese quien se pare, no es democrático. Y no lo es, en el caso venezolano, porque pretenden imponer estos señores revolucionarios, un modelo rechazado en un proceso referendario y, de acuerdo a las encuestas, por más del 80% de los venezolanos. No, no es democrático porque desconoce la voluntad popular, que sólo cuenta para “legitimar” el ejercicio del cargo por parte de Hugo Chávez.

No puede ser democrático porque, si bien no hay represión total de los medios, sí se ejerce presión sobre medios de comunicación y periodistas para que callen sus voces. Eso no es democrático. Por mucho menos, Richard Nixon se vio inmerso en un lío tal que debió dimitir. Todos los días se ejerce violencia contra los profesionales de la comunicación.

Tampoco puede decirse democrático, porque este régimen más que ninguno otro en este país, supone la culpabilidad de los ciudadanos, salvo prueba en contrario. Todos los venezolanos somos presuntos implicados en algún acto que de acuerdo al gobierno, es contrario a la ley. Y no puede decirse democrático, porque nunca antes como hoy, el Estado de derecho ha estado tan frágil y nunca antes, las inversiones padecieron tantas amenazas como las que ahora se ciernen sobre ellas.

No puede ser democrático un Estado que, como éste, garantiza la impunidad al 91% de los homicidas, pero se afana por castigar a quienes disienten del discurso oficial. No puede hablarse de democracia cuando cada vez más gente se ve obligada a recibir dádivas condicionadas.

No, no puede ser democrático un gobierno que desconoce, apabulla y ofende a más de la mitad de los ciudadanos, sólo por el hecho de no compartir la visión anacrónica que del Estado, la política y la economía tiene el comandante de este tinglado revolucionario.

El señor Chávez podrá decir lo que se le antoje, pero no, su modelo político no es democrático, aunque él pretenda así llamarlo. La democracia es, pues, lo que es, y no algo raro que se nos antoja denominarle de ese modo.