jueves, 18 de diciembre de 2014

¿Mirando hacia al ALCA?

           Aún es temprano para análisis. Por ahora solo hay, gracias a la intervención de Su Santidad Francisco, un acuerdo entre Cuba y EEUU para mejorar las relaciones. Será necesario ver qué ocurre después. Sin embargo, hay lecturas interesantes en un anuncio histórico. Por una parte, Barak Obama hace del levantamiento de un fallido intento por desmoronar los cimientos de la revolución – el bloqueo – una victoria. Le lava el rostro a su país frente a  América Latina y otros necios que han creído la justificación que del bloqueo ha hecho Cuba para lavarse las manos por el fracaso del modelo comunista. Cuba por su parte, a sabiendas de la precariedad económica de Venezuela y la imposibilidad real de seguir disponiendo del dinero venezolano a su antojo, reconoce que no puede encarar otro periodo especial. Busca ayuda en el país que por ahora es el más poderoso del mundo, les guste o no.  
            Algunos analistas han comparado este anuncio con la caída del muro de Berlín. El fin del muro caribeño y de una visión distorsionada de EEUU por parte de los demás países latinoamericanos. Cuba cae, ciertamente, por las mismas razones que lo hiciera hace más de 20 años la URSS: se encuentra económicamente asfixiada frente a la inevitable bancarrota de Venezuela. El gobierno de Washington solo empuja al borracho, para que su borrachera le tire al suelo. Los otros países “aliados” de ese delirio llamado ALBA son incapaces – o las fuerzas internas se lo impiden – de mantener a Cuba como Venezuela lo ha venido haciendo. Creo, de hecho, que de no haber aparecido Chávez en el horizonte, regalando nuestro dinero a cambio de apoyo político, Cuba hubiese transitado este mal trago hace 15 años.
            Con la caída del comunismo en Cuba (o la apertura hacia un modelo semejante al de China y Vietnam) se plantea un nuevo escenario en las relaciones de EEUU con sus hermanos americanos. Abandonar un esquema indudablemente fallido, el bloqueo, lava el rostro estadounidense frente a una región que, quiéranlo o no, necesita unirse frente a los retos del presente, en el que los mercados se definen por bloques regionales. Creo que EEUU no desea ceder a los chinos o incluso, a la UE, los mercados emergentes latinoamericanos. América Latina por su parte, puede encontrar en EEUU un aliado muy poderoso. Y puede que sea ésa la visión a largo plazo del presidente Obama: reconstruir la obra inconclusa del expresidente Clinton: el ALCA. Obviamente, habrá que ver si en efecto lo logra.
            ¿Y nosotros? Eso es tema para otro análisis.