martes, 2 de septiembre de 2008

La salsa del pavo…

No soy amigo del refranero, pero reconozco que en éste hay implícita una sabiduría ancestral. Y ésta bien dice que la salsa del pavo es también buena para la pava. Pero los refranes expresan la sabiduría que emana de la gente llana (me resisto a decir que pueblo es sólo la parte de la población de menores recursos) y esa gente no está ideologizada. Por eso, en el caso de Chávez y sus acólitos, la salsa que bien sirve para unos (nosotros), obviamente no es útil para otros (ellos).
Hoy Patricia Poleo dedica parte de su columna a la cólera del jefe porque se meten con su hija (de la cual sólo se dijo que era preparada para sucederle, lo que no luce ofensivo salvo que existan oscuras intenciones de quien se siente ofendido) mientras Mario Silva y otras cloacas del régimen celebran la murete del hijo de Leopoldo Castillo, por ejemplo.
¿Acaso Leopoldo Castillo no merece el mismo respeto ante algo tan desgarrador como la muerte de un hijo? O, ¿no les conmueve el dolor de Mohamed Merhi? O… ¿será que la vida del bedel de VTV, asesinado a mansalva por las tropas de Jesse Chacón durante el 27 de noviembre, importa un rábano?
No traje ese caso, deleznable, por casualidad. El ministro Izarra ha dicho sin pudor alguno que en este país no hay presos políticos sino reos de delito por el golpe de Estado del 11 de abril. Cito, nuevamente, al refranero popular: por la boca muere el pez.
Si mal no recuerdo, el TSJ, éste TSJ, dictaminó que el 11 de abril no hubo un golpe de Estado. Recuérdese la manifestación oficialista de rigor, liderada por Juan Barreto, cuya figura no puede ocultarse bajo chamarras y capuchas propias de los ñángraras ucevistas (de décadas pasadas). Si no hubo el acto sedicioso, ¿cómo puede haber reos por un delito que no se perpetró? Lo digo de un modo llano: si no hay asesinado, no puede haber asesinato y por lo tanto, tampoco asesino, ¿no? Sin embargo, el jefe de este tinglado triste e infeliz sí cometió ese delito, el de sedición y, como resultado de éste, también el de asesinato. ¿O no? ¿O los 15 muertos que hubo por la toma de VTV no cuentan?
Digamos que a ellos se les sobreseyó la causa (por amenazas militares que en vez de hacer su trabajo, están husmeando en los asuntos civiles). Y que sobre ellos sólo gravita la sanción moral que deberíamos haberles impuesto en su momento… o lo que es lo mismo, haberse abstenido de votar por Chávez y su oferta engañosa.
Pero, a los fines de este artículo, el asunto, visto desde la óptica del gobierno (régimen), funciona así: la salsa del pavo es buena sólo para éste y para la pava será aquélla que el “líder” decida.
Chávez es un ignorante dogmatizado. Lamento tener que ser tan diáfano pero a la edad de nosotros, las sutilezas son excusables. Su visión del mundo pasa primero por el cristal de su anacronismo (sin mencionar la estrechez de su formación académica). Su idea de la realidad se basa en que él es amo de la verdad y, fuera de ésta, todo lo demás es falso. La sinrazón por la que se empeñó tanta majadería para cambiarle el nombre al república estriba precisamente en esto. Chávez es el oráculo del bolivarianismo y lo que él diga que es, es. Así de simple. Aunque sea una idiotez mayúscula (huelga decir que normalmente lo es).
Su alzamiento, injustificado (y prueba de ello es que luego accedió al poder por medios democráticos que quienes hoy son objeto de su ira respetaron cabalmente), fue bueno y, de tiempo en tiempo, no deja de ensalzarlo durante sus arengas. En cambio, uno contra él es sinónimo de traición al pueblo. Claro, porque su idea ególatra de la realidad le hace confundir al pueblo (o sea todos, aun los ricos y poderosos y todos los que le son adversos) consigo mismo.
Por eso su hija es más importante que los hijos muertos, asesinados por la violencia de su discurso. Como lo fue Keyla Guerra en la Plaza Francia de Altamira. Por eso, los muertos de VTV durante la toma el 27 de noviembre de 1992 son excusables… Pero marchar con pitos y banderas, pidiendo dentro del marco legal la renuncia del presidente es un hecho imperdonable. O acudir a la plaza Francia de Altamira a saludar unos militares que actuaban pacíficamente fue motivo de ejecución sumaria. Jesse Chacón rogó por la presencia de un fiscal del Ministerio Público en las instalaciones de VTV, para entregarse el 27 de noviembre (y en efecto, su captura se hizo conforme al procedimiento), pero el 11 de abril por la tarde, Chávez ordenó activar el Plan Ávila contra una muchedumbre indefensa. Chacón (y los demás responsables de las muertes en VTV) pagó un par de años en Yare. Sin embargo, 25 mil familias fueron echadas de sus casas y los niños de sus colegios por una maniobra política que, según el propio presidente, fue pensada con antelación con un objetivo político.
Claro, todo lo que Chávez haga es correcto. Él es el líder infalible. Todo lo que la oposición haga es delito (porque somos una banda apátrida que preferimos ser maltratados y dar la lucha que irnos a cobrar el supuesto cheque que la CIA paga a no sé cuantos). Desde luego, sus amistades (de Chávez) van reduciéndose a Mugabe, Evo, Correa y alguno que otro pichón de dictador que la pusilanimidad mundial ha permitido florecer.
No crea usted que la salsa que guarnece al pavo opositor es la misma que ensalza a la pava gobiernera…

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