Venezuela
urge de gente comprometida. Hoy, leí un artículo de Carla Angola sobre una sobrina
suya, víctima del cáncer. Su relato es inspirador, emotivo. Otro artículo
publicado hoy, de Luis Vicente León, relata esa nueva ralea de oportunistas,
jóvenes que han hecho de la vida fácil y del dinero mal habido un mal ejemplo,
lamentablemente seguido por otros. Y la verdad es que uno y otro, invita a reflexionar
sobre la clase de ciudadanos que queremos ser. O bien el joven motivo de burla
en el artículo de León o la joven sobrina de Carla Angola, o, por el contrario,
esos jovencitos que denigran del esfuerzo y del trabajo decente, cuya única ambición
es demostrar descarnada y obscenamente cuánto dinero han amasado sin esfuerzo,
aprovechando contactos y amigos y una insostenible diferencia entre el dólar
oficial y el innombrable.
Espero
que muchos elijan como ejemplos a la joven y valiente sobrina de Carla Angola.
Ella es una heroína anónima que invita a reflexionar sobre nuestro genuino
compromiso con nosotros mismos, con la comunidad a la que pertenecemos y, desde
esa modesta y humilde posición de la intimidad doméstica, con nuestra nación y
el planeta. Y digo como Luis Vicente León, no descansaré mientras pueda hacerle
ver a las personas que Venezuela no necesita de oportunistas, sino de esos héroes
anónimos que a diario dan todo lo que es posible dar, para ellos mismos, claro,
pero también para otros.
Sé
que Dios bendice a los que calladamente obran bien.
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