Chávez ha destruido la
economía. Los empresarios han dejado de ser grandes industriales para convertirse
en industriales de maletín. Salvando honrosas excepciones que aún luchan por
producir a pesar del socialismo impuesto a juro desde las cúpulas gubernamentales
sin derecho alguno para ello, los nuevos industriales venezolanos no producen.
Sólo viajan al exterior y gastan el dinero de PDVSA.
La empresa privada
venezolana apenas sobrevive, asfixiada por un sinfín de leyes. En su lugar,
unos cuantos “vivos” compran caraotas en Nicaragua o carne en Brasil.
Ejecutivos de maletín van y vienen como compradores de la estatal petrolera,
que desvía recursos para el mantenimiento de los pozos y refinerías para
adquirir productos que indiscutiblemente podrían producirse localmente, amén de
las cuantiosas comisiones que estos negocios de maletín pagan a sus ejecutivos.
La economía pues, está
ahora en manos de ejecutivos de maletín que no producen nada. Como ya dije,
sólo gastan el dinero de PDVSA y cobran por ello cuantiosas sumas de dinero. Mientras
tanto, el sector industrial decrece y con éste, el comercio, por ende, la
demanda de servicios disminuye. De todo esto sólo va restando unos pocos
ejecutivos enriquecidos de la noche y a la mañana y desde luego, una sociedad
empobrecida hasta hacerla sumisa a las decisiones del caudillo, génesis de toda
esta economía improductiva.
Si no producimos, no
hay nada que distribuir. Y PDVSA no puede soportar toda la carga económica del
país. Si seguimos por ese camino, habremos matado a la gallina de los huevos de
oro. Y del otrora país próspero que fuimos alguna vez irá quedando una sociedad
pobre dedicada a la buhonería de cosas y servicios. ¿Es ése el país que quieres
para ti y tus hijos?
Francisco de Asís Martínez
Pocaterra
Abogado
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