martes, 18 de septiembre de 2012

La hojarasca sobre las charcas


No soy periodista. Sin embargo, ayer, que VTV rompió el celofán con unas declaraciones del abogado Herman Escarrá Malavé sobre el supuesto documento secreto de la MUD, se hizo toda una polémica que a mi juicio, demuestra la banalidad de la sociedad y la inmediatez de muchos periodistas, que se precipitaron a generar noticias sin ahondar en los hechos.
En horas de la noche, el mismo protagonista de la noticia aclaró que él sigue creyendo en el candidato Henrique Capriles y que éste fue electo en unas primarias transparentes. Hoy señala que sigue siendo opositor y que duda mucho que ese documento haya sido parte del programa de la MUD. Igual ocurrió el jueves pasado, con el video del diputado Caldera. En horas de la tarde, el propio asambleísta aclaró quien era el interlocutor del video, cuyo rosto y voz fueron desnaturalizados; para qué era el dinero, su campaña como candidato a alcalde del municipio Sucre; y el monto de la contribución. Habría que ver si es verdad. Pero lo más grave fue que esa inmediatez condenó sumariamente al diputado Caldera que aún hoy, después de hechas las aclaratorias, sigue siendo acusado de traidor y de corrupto por tirios y troyanos. Otra cosa es, como ya dije, que deba probar el asambleísta si ese dinero era en efecto para su campaña.
Ese mismo jueves, no obstante, una noticia, por lo demás muy grave, también aparecía en los medios. El exmagistrado Eladio Aponte confesaba la comisión de delitos de lesa humanidad por orden directa del presidente Chávez. Mientras la noticia candente era el video mal montado en contra del diputado Caldera (con fines aparentemente similares a los perseguidos por Vladimiro Montesinos durante el fin de la era Fujimori), otra noticia, ciertamente conocida desde antes por la entrevista realizada en Costa Rica al exmagistrado Aponte, daba cuenta de la comisión de un delito muy grave por parte del presidente. Soy abogado y sé bien de probanzas, pero lo explicaré después. Por ahora cierro este párrafo diciendo que en general, nuestros periodistas, en éste y aquel lado, se limitan a lo superficial. No escarban en los hechos para hallar lo realmente subyacente, sea porque descuidan la acuciosidad del buen reportero o por razones más deleznables.
En cuanto al documento de la MUD, basta decir que no hay pruebas fehacientes de su existencia más allá de testimonios cuestionables por las motivaciones de los testigos o insinuaciones imprecisas de algún texto seguramente desechado. El caso Caldera no constituye hasta ahora un delito, salvo por la filmación del video (que sí es violatorio de las leyes); y en todo caso, la investigación debe centrarse sobre el destino del dinero, sobre todo porque se trata de un diputado. En cuanto al abogado Escarrá sólo digo que se precipitaron, porque al fin de cuentas, lo único que dijo es que alguien pudo redactar el documento y que sería infausto, pero jamás dijo que era parte del programa de la MUD, como lo ha ratificado este martes.
Otra cosa debe decirse del caso Aponte. El exmagistrado involucró al presidente Chávez en la comisión de delitos de lesa humanidad en contra de los comisarios presos por los sucesos del 11 de abril del 2002. Si lo hubiese hecho a un reportero, como en efecto lo hizo en Costa Rica o incluso, como un testimonio, sería éste cuestionable, igualmente por las motivaciones del testigo. Pero lo hizo en el marco de una confesión que lo incrimina a él en delitos de lesa humanidad. Y supongo que tanto como yo, sabrán ustedes que la confesión es la reina de las pruebas. Desde luego, no abarca la confesión del exmagistrado Aponte lo suficiente para constituir plena prueba en contra del presidente Chávez. Muy lejos de eso. Pero sí puede tenerse como una presunción de buen derecho y servir cuando menos de indicio para abrir una investigación exhaustiva en su contra. Por mucho menos han renunciado otros mandatarios.
Esta semana no sólo fue una demostración de lo ruin que pueden ser las personas cuando del poder se trata, sino que vimos además (y mucho más grave) lo superficial que somos. Vienen días muy duros. Necesitamos por ello, hacer un esfuerzo por ahondar más allá de la hojarasca que flota sobre las charcas.  

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado

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