lunes, 14 de marzo de 2016

Un gobierno perverso

Cada vez que nos enfrascamos en esas discusiones necias, que por lo general no conducen a ningún lado, cada quien aporta lo que cree o si se quiere, lo que desea. Tristemente, la realidad no es como queremos, sino como es. Engañarnos, porque así duele menos, no va a resolver el problema de fondo: hemos fracasado como sociedad.
Ningún modelo socialista (comunista) florece con una clase media fuerte.
Nada en este país funciona. Somos más pobres, menos independientes y el discurso oficial cala en las personas, que creen que hablar de los pobres hace de este un buen gobierno. La meta sin embargo es – y siempre ha sido – empobrecernos. Ningún modelo socialista (comunista) florece con una clase media fuerte. Así de simple. Ese es pues, el verdadero reto de la MUD. Hay que rescatar a la clase media de este desquiciado proceso empobrecedor, cuyo fin último no es la imposición del comunismo, sino la perpetuación de la élite socialista en el poder.
El discurso bonito – políticamente correcto – no va a resolver la crisis, mucho menos generar cambios estructurales que como sociedad necesitamos. Por el contrario, contribuye con la retórica prevaricadora del gobierno, que como los ministerios de Oceanía en la obra 1984, son la antítesis de sus enunciados. Hablan de paz pero pregonan la guerra. Hablan de producción y la castigan… y así con todo.  
Este gobierno no es malo, es perverso.
Creo que como sociedad debemos enfrentar con vigor al gobierno. El pueblo votó masivamente por un cambio, pero las instituciones se encargan de reconocer como pueblo solo al que vota por sus candidatos. A la Asamblea se le despojó de sus poderes porque resulta incómoda. Los líderes son encarcelados con juicios amañados – y nulos – solo para silenciarlos. Al pueblo se le somete a humillaciones todos los días, pero las autoridades anuncian como grandes logros un reacomodo de la compra regulada de comida y medicinas, o el recorte de luz. Y en realidad esas medidas hay que tomarlas porque como gobierno, han fracasado.
Y he aquí otro nudo gordiano en este asunto: este gobierno no es gobierno, es una revolución; y visto de ese modo, todo se explica. Nadie les ha dado no obstante el derecho a hacer de este país, uno comunista. Pero igual que las momias del pasado, que se arrogaron la voluntad del pueblo, iniciando una lucha de guerrillas para imponer un modelo que la gente ni quería ni les estaba pidiendo, ellos hoy están decididos a imponer a como dé lugar su modelo, que más que fallido – y ciertamente lo es -, es una mierda.
Llegó la hora de ejercer nuestro derecho soberano y decirle a Maduro que debe enmendar y gobernar como la mayoría quiere y no como a él le da la gana. Si no, pues que renuncie y permita que otros hagan lo que hacer se debe. 

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