Hoy lo dijo Diego Arria en la red social Twitter, ¿por qué tanto jaleo
con lo de Lugo? Al fin de cuentas, el Congreso paraguayo, de acuerdo a las
leyes paraguayas, destituyó al presidente en un juicio político legítimo por
una mayoría aplastante. ¿Por qué los presidentes suramericanos están tan
afanados en ser más papistas que el Papa? La respuesta es muy simple: temen
verse ellos en la misma situación.
Esta reflexión conduce pues, a la verdadera naturaleza de las
organizaciones internacionales. Y puede que antes se vieran como clubes de
gobierno, que ya era bastante grave, pero ahora se ven como clubes de
presidentes, afanados todos por no pisarse la manguera. Desde Santos hasta la
señora Kirchner, sin obviar a Chávez por supuesto, lo único que les preocupa a
los mandatarios suramericanos es cuidar el puesto. Ojalá y empeñasen igual
vigor por la defensa de los derechos humanos, que son violados a diario en
países como Cuba, cuyo gobierno justifican cada vez que pueden y en vez de
exigirle el respeto por las garantías democráticas, se afincan con vehemencia
contra Estados Unidos, como si esta nación tuviese la culpa de las atrocidades
que perpetran los Castro en la isla antillana.
La OEA, la Unasur y el Mercosur no son plataformas ni clubes para
resguardar a presidentes, para cuidarles las espaldas cuando se desvíen de las
leyes y valores que juraron defender. Y los jefes de Estado no pueden usar la
soberanía y la solidaridad para lo que les conviene. Se defienden pues, valores
e instituciones y no a personas en particular.
Paraguay tomó una decisión y pretender, como lo pretenden algunas
personalidades regionales, que se “restituya” a Lugo sería crear una crisis aún
mayor que la que originó su destitución. Pero ya se sabe, que se desate una
guerra civil, como en Siria, importa muy poco si se trata de resguardar la
inviolabilidad de algunos cargos, como si los mandatarios no fuesen
responsables de sus acciones.
Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado
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