lunes, 10 de abril de 2017

Full Monty

Resultado de imagen para grabados antiguos peleas Expresión inglesa de origen incierto, usada para significar un esfuerzo que amerita hacer uso de todo lo necesario, posible y apropiado para lograr un fin. En Estados Unidos se utiliza la expresión «The whole nine yards» (todas las nueve yardas). Suele emplearse en partidas de póquer, cuando se apuesta todo.

En estos días, un vocero del régimen arguyó que solo las elecciones presidenciales eran obligatorias. «No me ayudes, compadre», parece decirle algún viejo compañero del partido, porque ayudas como esa no son ayudas. Sobre todo, cuando el hedor a dictadura rezuma como el agua de un albañal obstruido.
            La represión parece buscar lo que en otras ocasiones le ha servido a la causa revolucionaria: endosar la violencia a quienes son víctimas de una élite, cuyo único propósito es aferrarse al poder para imponer un modelo absurdo que empobrece a las mayorías y enriquece a unos cuantos. La violencia tuvo su origen en la negación del referendo revocatorio, de la omisión de unas elecciones que ya debieron haberle entregado la mayoría de las gobernaciones a la MUD y desde luego, del uso de las instituciones para desconocer al Poder Legislativo y desde luego, los 14 millones de votos que la eligieron en diciembre de 2015.
            La violencia tuvo su origen en la conducta que ha perpetrado – sí, perpetrado – la élite chavista desde que Chávez llegó al poder en 1999: lo ancho para la élite, lo estrecho para los demás.
            Hoy por hoy, cuando la OEA acusa, el régimen muestra su talante verdadero. Tal vez crean que pueden pagar el precio, y que como Cuba, pueden aislarse; pero obvian que Venezuela no es una isla y Cuba, sí. Quizá no le quede de otra. Por variadas razones, unas menos confesables que otras, perder el poder es un lujo que no pueden pagar. Y desde luego, porque ya lo dijo un diputado en el parlamento, reconocido a medias y solo formalmente, ellos no negocian. Y yo lo sé. Para un revolucionario, negociar, transigir y dialogar resulta herético. Un pecado mortal.
            Si me preguntan, creo que la élite se está jugando el full monty, el todo o nada. Y si es nada, al menos salen victimizados. Nadie recuerda el desastre que impuso Allende a los chilenos. Solo la amarga consecuencia y su muerte; un suicidio, que hizo del médico un mártir del comunismo.
            No creo que sean estúpidos. Su análisis de la realidad les ha forzado a correr más allá de la legalidad. Saben que son minoría y recurren al embuste, a la lástima y muchas otras falacias para disfrazar sus argumentos. Juegan rudo, porque saben que están contra la pared y la espada de su enemigo aprieta su garganta. Como las ratas, que no ceden ni al verse acorraladas, tiran dentelladas… y puede que les funcione. 

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