lunes, 26 de septiembre de 2016

El problema de fondo


El gobierno cree que aferrándose al poder va a impedir que el país colapse. Los anaqueles de los supermercados y abastos no van a llenarse evitando el revocatorio, ni los niños van a ser colocados en cunas adecuadas en los retenes de los hospitales. No, evitar el revocatorio no va resolver la miseria en la que viven millones de venezolanos. Puede, en cambio, encolerizar a la gente. Y es este el principal problema del régimen.
El triunfo opositor el pasado 6D dejó en claro que los juegos democráticos ya no les resultan. Lo dije entonces y lo repito, con un gobierno militar como este, lo que venía después de la derrota en las parlamentarias era plan de machete. Al régimen ya no le resta otra cosa que reprimir, y cada día lo hace con más descaro, mientras el defensor del pueblo se enoja con un periodista por no ser cortés.
Cabe preguntarse si la gente se amansará finalmente, si los distintos sectores van a plegarse al régimen o si se organizarán para articular una salida. No olvidemos que a Carlos Andrés Pérez lo despojaron del poder por un hecho que no era delito. A Pérez lo depusieron porque ya resultaba muy incómodo para una élite. Nadie puede garantizarle a Maduro la lealtad de las fuerzas que por ahora lo mantienen atornillado en el poder. Recuerdo siempre, con ocasión de esto, que el general Marcos Pérez Jiménez gobernaba en nombre de las Fuerzas Armadas y sin embargo, fueron estas las que lo derrocaron el 23 de enero de 1958.
El verdadero problema de Maduro es el deterioro permanente de la calidad de vida de las personas y el desmantelamiento de la institucionalidad democrática que en el exterior, ya preocupa incluso a sus socios. Evitando el revocatorio con maniobras ilegales e inconstitucionales, el gobierno solo desnuda aún más su talante autocrático y el desconocimiento de la voluntad popular, ahora que no le es afecta. Fronteras adentro, más del 80 % desea salir de esta pesadilla. En el exterior, ya es una penca de pescado maloliente a la que todos le sacan el cuerpo.

Creo, con mucho temor, que evitar el revocatorio no solo no resuelve los problemas, no digo de nosotros los venezolanos, que poco parecemos importarles, sino los del gobierno; y plantea la solución en otros términos, que, nos guste o no, podría ser indeseable para todos. Si aún restan sensatos en el gobierno, la mejor recomendación para Maduro sería que renunciara al cargo y permitiera a otros manejar una crisis que él no sabe cómo o no quiere resolver. 

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