sábado, 8 de junio de 2013

Es sólo una tesis

No creo en casualidades y menos aun cuando se trata de política. Los audios mostrados recientemente por opositores parecen evidenciar lo que a ojo de buen pulpero lucía inevitable: el establishment se fastidió de la nomenclatura. Y era de esperarse. La actual catástrofe nacional es el resultado de un proyecto delirante.
Cabe preguntarse por qué ahora y no cuando el dueño del circo estaba vivo y gobernaba este tinglado tan deficientemente como su sucesor. Y la respuesta es muy simple: a él también le hubiese reventado el problema. Esta crisis se fue gestando a lo largo de 14 años de disparates económicos. Si Chávez estuviese al frente del gobierno hoy, estaría frente a la misma crisis que encara Maduro, sólo que contaría con mayor capital político. Y no dudo que el establishment estaría ahora ventilando cuitas para despojarlo del poder.
Hugo Chávez y muchos venezolanos no entendieron – y puede que aún no lo tengan claro - que su acceso al poder se debió al apoyo ofrecido por los grupos de poder, que erróneamente pensaron poder manejarlo. Y puede que también ignoren que esos mismos grupos podían quitárselo, como hicieron con Carlos Andrés Pérez en 1993. Al expresidente Pérez no lo sacó el pueblo, como pretenden hacer creer a los ingenuos. El establishment fue quien articuló el proceso jurídicamente cuestionable para deponerlo, así como fue quien manipuló a la opinión pública para desprestigiarlo. Y lo hizo porque el “Gran Viraje” afectaba sus intereses y las salidas planteadas entonces podían escaparse de su control. 
Chávez ya no está (para su suerte). Su heredero enfrenta una crisis de envergadura para la cual no parece estar ni remotamente preparado. De gobernar Chávez hoy, tan sólo tendría mejor capacidad para maniobrar por su indiscutible popularidad. Maduro sin embargo no la tiene y las dificultades en puertas parecen superar su capacidad. El establishment podría estar maniobrando tras corrales pues, para anticiparse a salidas indeseables que escapen de su control (como pudo haber hecho con Pérez después de los conatos de golpe de Estado de 1992).
Surgen audios y videos que obviamente suministra alguien con acceso a los círculos de poder. Se dice que podrían haber salido de Miraflores, para liberarse del presidente de la Asamblea Nacional y que precisamente por ello no han interrumpido su divulgación con cadenas de radio y TV. No soy tan necio para descartar esta tesis. Sin embargo, me resulta poco creíble. Creo que la alianza entre Maduro y Cabello es vital para la supervivencia de ambos, por lo que resulta improbable que uno desee atentar contra el otro. Se necesitan. Y lo creo porque de querer Cabello el poder, tuvo una oportunidad única en enero de este mismo año. Pero en cambio, si el establishment desea en efecto poner fin a este proyecto, debe deshacerse primero del verdadero hombre fuerte del régimen. Y ése no parece ser Nicolás Maduro.
Recuerdo mucho estos días el final de la era Fujimori. El régimen del expresidente peruano maniobró cuanto pudo para mantenerse. No lo logró y los videos de Vladimiro Montesinos socavaron las bases de un gobierno que de no haberse engolosinado con el poder, habría trascendido a la historia como el que derrotó al Sendero Luminoso y abatió la hiperinflación en Perú. Chávez también pudo haber hecho mucho, gracias a las ingentes sumas de dinero recibidas en estos 14 años y a su innegable capital político. No lo hizo. Su legado se ha reducido a una crisis que ha puesto al gobierno a hablar de papel sanitario en lugar de los grandes debates que aún siguen pendientes.
El establishment puede haberse aburrido de pajaritos y aparecidos. A estas alturas, a nadie parece interesarle mucho el Comandante. La cotidianidad los ha abofeteado reciamente y como reza el refranero popular español: el muerto al hoyo y el vivo al boyo. La gente sufre la escasez y la carestía de productos de primera necesidad y los grupos de poder comienzan a temer por los giros indeseados que eventualmente puedan presentarse. Y se sabe, nada hay tan cobarde como el dinero. El establishment puede manipular fácilmente a una masa harta de la hostilidad en la que se ha convertido su vida diaria y así poder maniobrar como en efecto hizo para deponer a Carlos Andrés Pérez. Esto, desde luego, es tan sólo una tesis.  

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