jueves, 11 de octubre de 2012

Y dale con el socialismo


Otra vez vuelven a decir que el socialismo es democrático. Y eso es falso. Uno y otro se excluyen. El socialismo democrático del que hablan muchos no es en esencia un socialismo. Existe, sí, una democracia "socialiizada" que comúnmente se le conoce como socialdemocracia y democracia cristiana (corrientes de centro-izquierda), pero es esencialmente una democracia regida por los postulados básicos de la democracia (separación clásica de poderes, alternabilidad en el poder, respeto por la propiedad privada  y  las minorías disidentes, consenso, etc.). Las naciones europeas que por lo general tildan de socialistas no lo son realmente. Son democracias y si somos más precisos, son en muchos casos monarquías constitucionales, porque los reyes no son compatibles con los principios básicos de la democracia (aunque se comporten de hecho más democráticamente que otras repúblicas que se precian de serlo). En esas naciones alternan en el poder partidos de centro izquierda y de centro derecha porque son fundamentalmente democráticos y ni una ni otra cambian las reglas básicas del sistema (y menos para justificar la permanencia ad-perpetuam de un mandatario en el poder).
El socialismo no puede ser democrático. Menos aún éste que por lo visto plantea el gobierno revolucionario, cuya filiación ideológica es el Socialismo del Siglo XXI que sin lugar a dudas propone la ELIMINACIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA al menos de los medios de producción. El socialismo propuesto por el gobierno revolucionario plantea en primer lugar, la abolición gradual de la propiedad privada y, en segundo lugar, la sustitución del sistema descentralizado tradicional (reparto del poder político verticalmente en poderes nacional, regional y local) por un sistema de comunas. Y por esa razón a la URSS se le conocía como Unión de Repúblicas SOCIALISTAS SOVIÉTICAS (Soviet significa comuna).
Hay que tener presente que el modelo propuesto para Venezuela desde el gobierno revolucionario es COMUNISTA (ese comunismo retrógrado que hundió en la pobreza a todas las naciones que lo ensayaron). Estoy seguro que el 55% de los venezolanos que votó por la opción revolucionaria ignora lo que realmente significa vivir en socialismo. Si queremos en verdad impedir que éste se instituya en nuestro país, expliquemos pues la incompatibilidad del socialismo (también conocido como Socialismo de Estado) hasta el hartazgo.

Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado 

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