¿Qué derecho tiene la pseudo-izquierda a
arrogarse el amor al prójimo como si los demás mortales fuésemos unos coñosdemadre? ¿Acaso la derecha no
presta atención al tema de la pobreza? Quienes hoy se dicen hombres y mujeres
de izquierda – ufanándose por ser ellos mejores – ignoran que de hecho tanto
monta Isabel como Fernando, si es que se permite decirlo así. Esa visión que de
la derecha han hecho los izquierdistas es falsa y sobre todo, pueril. Es una
visión que divide al mundo en buenos (los izquierdistas) y malos (la derecha).
Y la verdad es que esa distinción es anacrónica. Pero eso ya lo he dicho en
este blog infinidad de veces.
Hoy
por hoy, si vemos los niveles de desarrollo entre los países que se rigen por
principios democráticos-representativos versus los de aquellas naciones que han
seguido modelos socialistas, encontramos que la vida en éstas es pobre y harto
menos cómoda que en las otras. Se podría decir que es dura. Y es que el
socialismo – no ése que propugnan los partidos de izquierda europeos, sino el
verdadero, ése que confisca la propiedad privada de los bienes de producción –
no ha solventado las grandes necesidades humanas. Por el contrario, las ha
agravado.
El
socialismo ofende la esencia humana y si bien se dice “humanista”, no hay
modelo menos consistente con la humanidad que el socialismo. Para este modelo,
la gente no es gente, es sólo parte de una maquinaria. ¡Eso es horrendo! Y por
ello, esa hermosa parodia de Charles Chaplin en “Tiempos modernos”. En la
Europa liberal y demócrata de hoy, la gente trabaja para vivir, en la Cuba
socialista de los hermanos Castro, la gente apenas sobrevive. Me permito
comparar pues, el socialismo viene a ser como esa era oscura que en español
llamamos oscurantismo, donde las personas apenas sobrevivían trabajando de más
y descansando de menos.
No
hay nada más inhumano que el socialismo, cuyos principios básicos niegan el
derecho a la individualidad y a la superación por el esfuerzo. Niegan el
derecho a ser el dueño del fruto del esfuerzo personal. En el socialismo, la
gente termina esclavizada por un Estado negrero. Eso no ocurre en las
democracias representativas, aunque los izquierdistas se paren de cabeza.
El
socialismo pues, niega una verdad humana desde tiempos ancestrales: cada quien
trabaja para sí y su prole y por ese esfuerzo individual se beneficia el resto
del grupo social.
Francisco de Asís Martínez Pocaterra
Abogado
No hay comentarios:
Publicar un comentario