Dejemos
de lado medios maliciosos, inventados para aletargar un proceso cuya
celebración es más una necesidad nacional que el derecho de los ciudadanos a
revocar el mandato de cualquier funcionario electo popularmente. Hablemos pues
de esa necesidad imperiosa de celebrar un referendo como forma de impedir otro revocatorio
más violento. Nadie lo dice pero ese demonio deambula las calles, azuzando,
porque eso es lo que los demonios hacen.
Toda
la dirigencia del Psuv, que busca posponer el revocatorio hasta el año entrante
para hacerlo inoficioso, está alienada. Como turistas recién llegados, no
comprenden la realidad. No se trata de salir de Maduro porque sea un mandatario
ineficiente. Se trata de generar una transición para abandonar un modelo
agotado y procurar otras políticas más eficaces para resolver los problemas de
la gente. No es a Maduro pues, es al modelo lo que la gente rechaza. Obviamente,
la tozudez del heredero de Chávez para emprender esas reformas lo vincula con
ese rechazo y hacen de su revocatoria un paso obligado.
Jorge
Rodríguez propuso la anulación del referendo revocatorio ante la Sala
Constitucional del TSJ, y, vistos los precedentes, puede que le den la razón.
Sin embargo, ¿creen ellos que con esa medida resolverán la crisis? Es obvio que
no. Salvo los radicales y los memos, nadie atribuye la escasez a una guerra
económica ni a unas intenciones malignas de un imperio que más que a los
Estados Unidos, se parece al de la saga de «La guerra de las galaxias».
La
transición luce inevitable. Creer que las mismas medidas represivas y las
trampas que mal le sirvieron a los cubanos en otras naciones van a servir en
Venezuela es una ilusión. Suponer que los Claps van a evitar que se repita el
6-D, como lo expresó Aristóbulo Istúriz, es más que una idiotez, un suicidio.
Cuando la insuficiencia y la corrupción mermen la exigua ayuda que esas bolsitas
puedan ofrecer, la gente, sin dudas, va a enfurecerse aún más. Todos lo
sabemos, un nuevo caracazo está latente. Alargar en revocatorio no es más que
prolongar la agonía.
Creo
que el Psuv, la gente sensata que ahí milita (y la hay, sin dudas), debe
presionar, tanto como la MUD, para que el referendo se celebre este año… aún
más, cuanto antes. Su supervivencia como organización política está en juego y
sería muy tonto permitir que unos dogmáticos y otros cuyas razones ignoramos se
aferren a una idea que es solo humo de tabaco.
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