miércoles, 9 de julio de 2008

¿Inhabilitaciones?

Las inhabilitaciones políticas, que por ahora suman unas 400, no lucen abiertamente inconstitucionales, como lo juran voceros opositores. Sin embargo, el hecho de que el contralor anuncie otras 100, encabezadas por Henrique Salas Feo, abanderado con mejor opción de triunfo en Carabobo, evidencia el uso político de las inhabilitaciones de la Contraloría General de la República.
Sobre la inconstitucionalidad de las inhabilitaciones puedo decir que, mientras no se solicite la nulidad por inconstitucionalidad del artículo 105 de la Ley de la Contraloría General de la República – que ciertamente luce contrario a las normas de texto fundamental -, éste es ley y, por ende, aplicable. Otra cosa es que el gobierno haga uso de este mecanismo administrativo para impedir que algunas candidaturas, como la del “Pollo” Salas Feo en Carabobo, materialicen el triunfo opositor en algunas gobernaciones y alcaldías, desdibujando la “geometría del poder” que el presidente tanto empeño le puso durante la campaña electoral del pasado referendo.
Quizás, si ése fue el caso, algunos inhabilitados no hayan ejercido en tiempo útil su derecho al control posterior, por parte del poder judicial. Y, por ello, el acto de la Contraloría sería ejecutoriable, hasta tanto no se decrete, judicialmente, la nulidad absoluta del artículo 105 y, consecuentemente, de las inhabilitaciones. Pero, insisto, el uso de estas argucias jurídicas con el único propósito de barrer a los enemigos políticos no dista mucho de lo que recién hizo Robert Mugabe con su contendor. Claro, sin la brutalidad obscena del mandatario de Zimbabwe, por ahora.
Pero, si seguimos en esto de las listas, en las que nos encontramos millones de venezolanos, razón por la cual adquirimos la condición de refugiados políticos, creo que la Contraloría General de la República debe investigar al presidente, al mismo jefe del Estado, para que explique, como responsable de la administración de los dineros públicos, el destino de 700 mil millones de dólares. Sobre todo porque con mucho menos, la China “dizque comunista” sacó a 100 millones de chinos - ¡cuatro veces la población de Venezuela! - de la miseria extrema. Y, para que tenga una idea de cuanto es ese caudal de dinero, con menos se construyeron la Estación Espacial Internacional (100 millardos de dólares), la Presa de las Tres Gargantas en China (21.700 millones de dólares), el aeropuerto de Hong Kong, construido sobre una isla artificial (30 mil millones de dólares), el puente sobre la bahía Hangzhou – el más largo del mundo - (1.500 millones de dólares) y, de paso, el proyecto Genoma Humano, dotado con 3 millardos de dólares. ¡Y aún restarían 543.800 millones de dólares!
No soy, obviamente, tan ingenuo para creer que el Contralor vaya a investigar al presidente, aunque ése es su deber. Por supuesto, sabemos que, en efecto, las inhabilitaciones son en realidad una forma eficiente – y “aparentemente” democrática – de barrer opositores que, de acuerdo a las encuestas, arrebatarán al proyecto revolucionario entre 6 y 14 gobernaciones y un número considerable de alcaldías, y no un instrumento para exigir de los administradores del Estado, el uso transparente de los dineros públicos.

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