domingo, 2 de marzo de 2008

Basta de tanta irresponsabilidad

Esto parece el mundo Bizarro. Hoy, la senadora Piedad Córdova ha dicho que la eventual muerte de Ingrid Betancourt (si no lo está para este momento) sería culpa de Uribe. Entonces, si unos hampones retienen a los clientes de un Banco en un atraco y asesinan a todos o a uno, es responsabilidad del banqueo porque no se dejó robar. Esto es absurdo y ridículo, como lo es el minuto de silencio que Chávez le ofreciera al terrorista Raúl Reyes y el desplazamiento de tropas, aviones y para uno de contar, ordenado hoy en el show dominical que dirige al estilo “Sábado Sensacional”, nuestro führer criollo. Sin embargo, luce mucho más grotesco que las fuerzas vivas del país no hayan mandado a callar al señor Chávez como lo hiciera el Rey de España en la Cumbre Iberoamericana pasada. Sabemos que su alharaca es eso, producto de la desesperación porque Uribe está ganando la guerra contra la guerrilla colombiana.
Mañana lunes, el dólar seguramente abrirá en alza (probablemente muy elevado) porque al señor que por ahora ejerce la primera magistratura nacional al parecer le dolió más el asesinato de Raúl Reyes que las condiciones de vida en las que viven cientos de personas, secuestradas por las FARC, incluyendo muchos venezolanos. Me sorprende la irresponsabilidad colectiva ante una conducta tan imprudente que raya en lo criminal. Y mañana lunes, los anaqueles de los supermercados y bodegas populares continuarán desprovistas, los hospitales funcionando en condiciones en verdad precarias, el hampa desatada y el presidente, en vez de ocuparse de los problemas que enfrentamos, dedica el tiempo a ofrecer minutos de silencio por terroristas o inmiscuirse en un asunto que al fin de cuentas, corresponde a los gobiernos de Ecuador y Colombia solucionar.
Empresarios, sindicatos, gremios, pueblo en general y, desde luego, las Fuerzas Armadas estamos obligados a detener esta demencia en la que este gobierno (todo y no sólo el teniente coronel con ínfulas de héroe de la guerra federal) nos ha encausado. No basta tratar al jefe de la revolución como un loco (aunque no se le pueda decir que está enfermo), como parecen hacerlo sus ministros e incluso, ése que según Heinz Dieterich domina la nueva clase política y que no escatima esfuerzos para adular, el teniente Diosdado Cabello.
Basta de tanta insensatez. Esta ridiculez que resultaría hasta jocosa si no fuera por las desgracias implícitas, tiene que parar. A mi – y estoy seguro que a la inmensa mayoría de los venezolanos – nos importa un bledo la muerte de Raúl Reyes. Como católico, espero que de su alma se ocupe el Señor, porque Su justicia es perfecta. En lo que a mí concierne, exijo del gobierno venezolano responsabilidad y atención a las demandas que la nación hace. La ideología política de los personeros del gobierno bien se la pueden meter por el culo (yo sí puedo decirlo, porque ellos trabajan para nosotros, el pueblo de Venezuela), porque bien se lo dijo el electorado el pasado 2 de diciembre: no queremos esa parafernalia ideológica que no conduce a ningún lado, sino acciones serias que den respuesta práctica a las necesidades de los venezolanos. En lo que mí concierne, hagan obras porque el reloj corre y, pese al desagrado del caudillo, en enero del 2013 deberá entregar su cargo… Ojalá y entonces, obremos responsablemente.

No hay comentarios: